domingo, 31 de mayo de 2020

Milán astronómica

Si hoy en día nos maravillamos cuando, como astrónomos aficionados, observamos y estudiamos el cielo con nuestros modestos equipos, al echar la vista atrás no podemos más que sentir aún más asombro y admiración en la forma en la que los hombres y mujeres de nuestro pasado conseguían hacer sus mediciones, y además conseguían sacar conclusiones y teorías. Cómo se las ingeniaban para establecer leyes fundamentales a través del esfuerzo y trabajo continuo, del estudio, y ese "ir más allá" de lo que se ve y sobre todo ir más allá de lo que ya estaba establecido.
Pensar en Hypatia determinando el movimiento de los astros cuestionándose las teorías de Ptolomeo, en Galileo con ese sencillo "catalejo" observando los detalles de la Luna o adivinando las "orejas" de Saturno, en Messier recopilando un catálogo de objetos desde el centro de París... Son tan sólo unos pocos ejemplos que me vienen rápido a la cabeza pero hay cientos, miles, no hay que dejar de ver que todo nuestro conocimiento se desarrolla a "hombros de gigantes".

Hace unos años años una amiga y yo visitamos a otra amiga común de nuestra infancia, que vive en Milán. Maravillosa ciudad que se ha visto estos meses especialmente golpeada por este virus implacable que ha dado la vuelta a nuestras vidas. Aprovechándonos de la hospitalidad de la milanesa de adopción y su familia disfrutamos de una inolvidable estancia con unos cicerones de auténtico lujo ya que él es un enamorado de su ciudad.
Ya en el primer día, y en nuestro primer paseo tuve la grata sorpresa de encontrarme un pequeño planetario en el parque. Se trata del planetario Cívico Ulrico Hoepli, situado en los jardines de Porta Venezia. El planetario más grande e importante de Italia.



Debido a que mi viaje no tenía como fin primero la astronomía, este tipo de detalles me los fui encontrando por el camino. Algo así me pasó después con el Observatorio Astronómico de Brera, que no pillé abierto debido a una mala planificación 😢 .





Este Observatorio está situado dentro de Milán, alojado en el interior del Palazzo di Brera que alberga la Pinacoteca, un jardín botánico, un museo astronómico y el observatorio, y se trata de la institución científica más antigua de Italia, fundada en 1764. La pinacoteca contiene una de las más destacadas colecciones del arte italiano. Aquí se encuentra instalada la Academia de Bellas Artes. El astrónomo Giovanni Schiaparelli fue director de este observatorio desde 1864 hasta 1900, pero trabajaba en él desde su regreso a Italia en 1860 después de haber estado trabajando en otros observatorios europeos. Gracias a sus esfuerzos fue posible preservar un enorme patrimonio histórico: una biblioteca Antigua, un archivo histórico y una amplia colección de instrumentos científicos. De entre sus múltiples aportaciones a la astronomía la más conocida es la observación y detalle de los famosos canales en Marte que tantas hipótesis generó, observaciones y estudios que hizo desde ese observatorio.

El mapa de Marte publicado por Schiaparelli en 1888

                                        De Desconocido - Meyers Konversations-Lexikon (German encyclopaedia), 1888., Dominio                                                    público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=379243
«Más que verdaderos canales, de la forma para nosotros más familiar, debemos imaginar depresiones del suelo no muy profundas, extendiéndose en dirección rectilínea por miles de kilómetros, con un ancho de 100, 200 kilómetros o más. Ya he señalado una vez más que, de no existir lluvia en Marte, estos canales son probablemente el principal mecanismo mediante el cual el agua (y con él la vida orgánica) puede extenderse sobre la superficie seca del planeta.»
Giovanni Schiaparelli, La vita sul pianeta Marte, extracto del facículo N.° 11 - Año IV de la revista Naturaleza y Arte, mayo de 1895, cap. I

Descripción hecha por el mismo Schiaparelli en un extracto de un artículo. Debido a un fallo en la traducción de sus artículos se llegó a especular que estos canales eran de origen artificial y obra de ciertas formas de vida inteligente que habrían habitado en el planeta rojo. 
Precisamente días antes de esta visita, exactamente el 16 de Octubre de 2016, la sonda Schiaparelli enviada a Marte y bautizada en honor de este astrónomo, había tenido un desenlace fatal habiéndose estrellado contra la superficie del planeta por un fallo en la coordinación del movimiento de la sonda cuando se desplegó el paracaídas.

Los restos de Schiaparelli en la superficie de Marte vistos por la cámara HiRISE de la sonda MRO (ESA).
Imagen tomada del blog de Daniel Marín (@eurekablog) que indico al final del post. 

Otra de las bonitas sorpresas fue encontrarme al gran Leonardo en mitad de la plaza junto al maravilloso teatro de La Scala. Nuestros anfitriones nos quisieron llevar a tomar el mejor café de Milán :D, que se sirve en la cafetería junto al teatro. Y allí estaba el gran Leonardo Da Vinci junto a sus cuatro discípulos. Una obra que el escultor Pietro Magni tardó 13 años en terminar. Da VInci vivió 20 años en Milán y esta ciudad atesora muchas de las grandes obras del genio italiano. En Milán todos los caminos conducen a Leonardo Da Vinci...



No es sólo que en esta ciudad se encuentran grandes obras del pintor, escultor, artista en el más amplio sentido de la palabra, de inagotables recursos como su obra cumbre La Última Cena, sino que en la propia ciudad fue lienzo de sus obras de ingeniería. Los Navigli, o canales artificiales fueron trazados en el año 1172, pero el ingenio de Leonardo en el s. XV los hizo navegables desde la ciudad hasta los lagos alpinos y formaron parte del puerto fluvial de toda Italia en el s. XIX . Una zona que actualmente cobra vida para convertirse en un lugar de encuentro y de paseo lleno de terrazas y bares a los lados, o que invitan a su navegación mediante pequeñas embarcaciones, algunas de ellas preparadas como barcos-restaurantes. 



La noche antes ya habíamos disfrutado de un fantástico espectáculo dentro de ese templo internacional de la música, una noche inolvidable, porque estos amigos son unos enamorados de la música con una íntima vinculación con La Scala. 

Y para terminar este paseo cultural por la ciudad con otro apunte astronómico, llegamos hasta el Duomo, la catedral. Un edificio recubierto en su totalidad por mármol. Se trata de una de las iglesias góticas más grandes del mundo, la segunda para ser exactos porque la primera en el ranking lo ostenta nuestra catedral sevillana. Se empezó a construir en 1386 y no se finalizó hasta 1965, seis siglos después. Formada por 5 naves,  135 agujas coronan el edificio con el mismo número de estatuas de santos, 150 gárgolas se encargan de evacuar el agua de las lluvias, con una gran fachada de mármol que el mismísimo Napoleón Bonaparte en 1805 ordenó que se terminase porque la quería ver lista para su coronación prometiendo incluso que todos los gastos recaerían sobre las arcas francesas.




Detalle de La Madonnina



La Madonnina, escultura en cobre dorado de Carlo Pellicani representando a la Asunción con los brazos abiertos y la mirada al cielo implorando la bendición de Dios para la ciudad, y situada en la cima del chapitel mayor. 



Según la tradición ningún edificio de Milán podría superar la altura de la estatua, considerada un símbolo de la ciudad.



Formada por 5 naves,  135 agujas coronan el edificio con el mismo número de estatuas de santos, 150 gárgolas se encargan de evacuar el agua de las lluvias, con una gran fachada de mármol que el mismísimo Napoleón Bonaparte quiso ver terminada para su coronación.



San Bartolomé desollado, la macabra imagen del santo portando su propia piel a modo de estola.
De un realismo que asusta, realizada en 1562 por Marco D´Agrate
En el interior de la catedral nos encontramos con una línea dorada que recorre de forma transversal todas las naves. Se trata de una línea de cobre con los signos del zodiaco representados en unos azulejos. En una de las paredes de la catedral, exactamente en la pared sur, encima de una de las magníficas vidrieras existe un pequeño agujero (gnomon). Cuando llega el mediodía solar la luz penetra por el agujero y va iluminando los puntos del signo del zodiaco dependiendo de la época del año en la que nos encontremos. 


Detalle de alguno de los signos zodiacales representados a los largo de la meridiana.

Las meridianas se utilizaban para estudiar y seguir los movimientos del sol. En 1786 un grupo de astrónomos del Observatorio de Brera trazó en el suelo esta línea de metal con orientación N-S y colocó 12 azulejos con los signos del zodiaco. Estas marcas siguen un riguroso patrón, son los puntos que el sol recorre a lo largo del meridiano durante el año, de forma que permite medir de forma precisa la altura del sol según la época. 
En 1976 una comisión creada por arquitectos y astrónomos de Brera determinó que el error máximo en azimut en esta meridiana era de 7 mm con lo que la precisión en la determinación del mediodía local tan sólo tenía un error de 1 s. 

A esto me refería al principio con el trabajo de nuestros antepasados. Desarrollados gracias al esfuerzo infinito de grandes mentes que disponían de muchos menos recursos que las nuestras en la actualidad, pero tenían lo principal: la curiosidad y el afán por conocer más de lo que estaba a simple vista.

Después de esta incursión que he hecho por mi memoria fotográfica me han entrado ganas de volver a Milán, de visitar todo con ojos nuevos y con más conocimiento, y volver a aprovecharme de la amistad de estos amigos generosos que nos ofrecieron su casa y su tiempo. Valga este humilde repaso para agradecer su regalo, y para lanzar mi deseo como uno más entre miles, de que volvamos a poder disfrutar juntos de todo lo que tenemos a nuestro alrededor. 

Maravillosa Milán, donde no todo es moda, ciudad cargada de historia y ciencia, donde incluso puedes encontrarte al mismísimo Mozart paseando por sus calles...




Hoy me despido con mi yo de 2016 y el abrazo de mis amigas delante de ese planetario.

Seguid cuidándoos mucho, nos seguimos leyendo... 

Un abrazo, 

Alicia







Para saber más: