lunes, 23 de marzo de 2020

Mirando el vaso medio lleno...

Tras más de una semana de confinamiento, las noticias no son alentadoras y parece que, tal y como muchos nos temíamos, esto se prolongará más de lo deseado. Dejando aparte la incertidumbre económica que luego nos pasará factura, otro de los problemas que parece que existe ahora es llenar los segundos del día que a muchos parece que se les hacen eternos.
Mirando hacia dentro me considero con suerte, tengo tanto que me gusta hacer, tantos proyectos pendientes de terminar y tantos a punto de empezar, libros que se me acumulaban sin terminar o sin empezar, que pienso que necesitaría mucho tiempo de confinamiento para poder terminarlo todo y ponerme al día. Pero no, no es lo mismo decidir aislarse para trabajar con un propósito trazado que verse obligado a prescindir del contacto con los amigos, con las personas a las que queremos, obligados a dejar de lado ese trato cercano que tanto beneficio hace a nuestra salud mental. Prescindir de los ratos de ocio compartido, de socializar, es muy duro porque somos seres sociales por naturaleza, ... unos más que otros, es verdad. :)

Me siento privilegiada ahora y me vienen a la cabeza todas las veces que alguna vez alguien me dijo: ¡es que te gustan muchas cosas!, jajaja bendita mente inquieta.

La cuestión es que hasta ahora no me ha dado tiempo a sentirme aburrida o agobiada, salvo cuando considero la situación de poner tener contacto con los míos, familiares y amigos que son los que hacen la vida importante. Entre el trabajo, organizarse, cambiar la mente y las cosas para adaptarse a hacerlo todo desde el mismo sitio, atender a la familia, realmente tan sólo es como si llevara pocos días de confinamiento.

Pero el sitio de mi recreo como decía Antonio Vega, para mí es mi terraza, mis ventanas. Mi paraíso en el confinamiento. Ahora ya no puedo usar la azotea, por lo que todo queda reducido a lo que tengo en un entorno limitado de cielo. He de reconocer también de que a pesar de vivir en zona urbana, vivo en zona un poco retirada del centro de la ciudad, lo que me da el privilegio de tener cielo visible, árboles cerca y un poco de espacio para respirar y oír algo distinto de lo que es el movimiento humano.

En las primeras tardes hice una primera prueba con un time lapse, el cielo no tiene demasiado cambio pero quería ver cómo colocar la cámara, el tiempo entre tomas, la velocidad en la elaboración del vídeo. El resultado fue algo así, usando 720 imágenes, tomadas directamente en jpg para no cargar demasiado la tarjeta y facilitar el trabajo de edición posterior con el programa Da Vinci Resolve 15



Para el montaje del audio me serví de los bancos de música de YouTube.

Otro día me decidí a espiar a mis vecinos, e intenté pillarlos infraganti por el placer de probar lo que me daba de sí el 600 mm, y la verdad... el resultado fue muy satisfactorio, fui descubriendo rutinas que desconocía y hasta alguna sorpresa sobre individuos de los que no tenía constancia de su existencia... He aquí los resultados,









Después llegó la lluvia, y aunque eso parecía que iba a ensombrecer aún más nuestros corazones, a mí me sirvió para probar la alta velocidad y mojarme un poco pillando gotas. Un ejercicio muy divertido y creativo. Fotos a 1/640 para darle un poco de juego a mi Sigma 35 1.4 art que tiene poco rodaje todavía.






Y como siempre después de la tormenta, vino la calma y los colores del arco iris nos sacaron nuevas sonrisas.



Por la noche hubo un paso de la ISS visible desde nuestras latitudes, algo que te hace pensar en qué andarán comentando los astronautas allí confinados durante meses en cómo nos estamos tomando las cosas aquí abajo. Ellos sí que saben utilizar su tiempo en algo útil. Así se vio desde mi casa, de nuevo mi terraza tuvo una situación privilegiada y me dejó ilusionarme al ver el puntito de luz brillante navegando por el cielo, como siempre, como tantas otras veces, como si no pasara nada...




Ayer volví a dejar colocada la cámara toda la tarde y monté otro time lapse, en este caso con más suerte porque el cielo anda revuelto estos días, y lo que normalmente me resultaría frustrante porque estamos de lleno metidos en luna nueva, se vuelve ahora entretenimiento observando el cielo de forma diferente. Aunque no se puede evitar pensar en cómo va a quedarse el cielo tras esa lluvia y con la bajada de la contaminación (hay que imaginar emoticono con estrellitas en los ojos).
Es hipnotizante ser testigo de cómo se forman los cúmulos, un borboteo de vapor de agua condensado que se mueve sin parar, haciéndose visible y desapareciendo al segundo siguiente. Es un sistema vivo y cambiante sin descanso. Aquí enlace al resultado


En fin, variedad de cosas que pueden hacerse desde casa para, por lo menos, sentir que seguimos en contacto con el mundo y que seguimos activos, y lo más importante, aprovechar los recursos de que cada uno dispone. Y sólo es un botón de muestra, además de eso tengo lecturas que he terminado, otras que tengo a medias y otras pendientes de empezar. tengo teletrabajo, familia, proyecto de estudio, mejoras pendientes en el equipo astronómico... 
Debido a mi situación familiar poco sirvo de ayuda al prójimo salvo echar una mano a las vecinas que no pueden desplazarse a comprar y poco más :(, pero contribuyo con algo fundamental, ME QUEDO EN CASA, por mí, por los míos, por los que no conozco y por ser una gota más en este vaso que debe sumar con la ayuda de todos cada día. 

Porque vendrán tiempos mejores y todos los habremos hecho posible juntos desde la distancia.

Un abrazo, 


Alicia







domingo, 15 de marzo de 2020

Osa mayor, galaxias M81 y M82

Las galaxias de Bode (M81) y la del Cigarro (M82) conforman una pareja de galaxias situadas en la constelación de la Osa Mayor. Dos galaxias entrelazadas de forma gravitatoria que ejercen influencia la una sobre la otra. Situadas a 150000 años luz entre ellas, están entre sí mucho más próximas que nuestra Vía Láctea con Andrómeda.
Mientras que a M81 la podemos observar como una galaxia espiral de dimensiones similares a la nuestra, M82 se nos presenta de lado, dejándonos admirar el núcleo activo que presenta y el chorro de materia que proyecta hacia el exterior. Esta última alberga en su interior unos 200 cúmulos supermasivos de estrellas jóvenes con un acelerado ritmo de formación estelar. Protagonizan un baile cósmico desde hace 1000 millones de años y en otro intervalo de tiempo similar acabarán siendo un sola galaxia.
Están situadas en la constelación de la Osa Mayor, pero al ser una zona pobre en estrellas brillantes es más complicado localizarlas y a simple vista como no sean cielos muy oscuros, difícil. La forma de hacerlo es a través de un camino de estrella en estrella.




Aunque la Osa Mayor sea visible durante todo el año, hay meses en los que está demasiado cerca del horizonte a primeras horas de la noche, por lo que los mejores meses para disfrutar de estas galaxias son los de primavera y finales del verano cuando la osa mayor se encuentra a una altura considerable para poder ser cómoda su observación.

Hace tiempo, en una de las veces que cargué con todo el equipo hasta la azotea para hacer pruebas intenté ver si podía sacarlas desde núcleo urbano. El problema está en la contaminación lumínica, apenas haciendo tomas de 30s el cielo lo que sale es algo así, un cielo rojizo y sucio donde es muy difícil distinguir algo. Y si le daba más tiempo se me quemaba la imagen. Aún así forzando el estirado se aprecian. Sin embargo en una zona de cielo oscuro se puede alargar el tiempo de disparo como se aprecia en las siguientes tomas, una hecha desde núcleo urbano y otra hecha desde los magníficos cielos oscuros de la sierra norte sevillana.


Canon Eos 30D 30"
Atik Horizon 180" -10º
Es verdad que esta segunda imagen lleva más tiempo de exposición pero es que desde la ciudad es complicado alargar el tiempo de las tomas. Tengo un filtro anticontaminación lumínica (UHC) pero no lo he usado demasiado, suelo disparar en el campo.

Llevo casi un año con problemas en las tomas porque estoy obteniendo unos patrones de ruido en el fondo de las imágenes que me tienen algo bloqueada. Primero fueron como una trama en el fondo de las nebulosas y ahora parece que noto que se concreta en forma de bandas. El caso es que ando intentando eliminar posibles fuentes de ese ruido. En principio pensé que podía ser algo de tipo electrónico provocado por el cableado o por algo derivado de alguno de los intermediarios del equipo, cables que van a las baterías, inversor de corriente para alimentar el portátil... Múltiples posibilidades derivadas de las múltiples partes de las que constan nuestros equipos de astrofotografía. La última posibilidad que he valorado ha sido que en el apilado de las tomas pueda hacer alguna variante para hacer desaparecer ese ruido, así que después de mucho trastear he conseguido sacar algo de todo lo que me traje del campo la última salida a finales de Febrero. 



Se trata de la suma de  20xL 180" bin1 -10º
                                    20xR 90" bin2 -10º
                                    20xG 90" bin2 -10º
                                    17xB 90" bin2 -10º

Mis conclusiones: 
  • Parece que se corrige bastante ese ruido cambiando los parámetros de apilado y haciéndolo con DSS mejor porque no confunde el ruido con estrellas y no los suma.
  • Es un campo increíble que se merece mayor tiempo de exposición y dedicarle más trabajo, porque observo poco detalle.

He hecho con Pixinsight una resolución del campo porque no lo había hecho nunca y tenía interés en saber lo que tenía en la imagen. Y ha quedado de esta forma


Mi equipo: Skywatcher ED80 Gold
                   NEQ6 Pro
                   Atik Horizon Monocromo
                   Filtros Baader 2"
                   Rueda portafiltros Starlight Xpres
                   Sistema de guiado lunático EZG60
                   Cámara guía QHY5
                   Captura APT
                   Apilado DeepSkyStacker
                   Procesado Pixinsight y Photosop


Fuentes: 

Guía del firmamento.  Jose Luis Comellas 8ª ed. 2013 Ed RIALP

viernes, 6 de marzo de 2020

Empezamos...

Hace varios años ya que comencé mis andanzas por los oscuros parajes de la astrofotografía, y casi desde el principio muchos compañeros me animaban a que creara un espacio de este tipo a modo de álbum para recoger todo lo que iba terminando y como ejercicio de comparación para ver la evolución en el trabajo.
Y varios años después, al final me he decidido a hacerlo. Sin más pretensiones que las de ir formando un archivo al que acceder, y una especie de diario de campo para anotar las enrevesadas vías que me llevan en cada ocasión desde la toma de una imagen hasta el resultado final. Porque aquí lo de que todos los caminos llevan a Roma no es válido, porque a veces te llevan a Roma y otras a Móstoles. La más mínima variación en los valores en cualquier herramienta utilizada en un momento dado te hacen llegar hasta una realidad totalmente paralela, de la que sólo consigo salir borrando todo y comenzando de nuevo desde cero.

Así que como me gusta escribir, me gusta hacer fotos, me gusta investigar...pues toda esa miscelánea será la que quede inmortalizada para los tiempos venideros entre estas páginas que ahora comienzan.

Bienvenidos todos...

Alicia